El amor es un término al que le han dado diferentes significados, para muchos el amor es ese anehlo de tener en otra persona algo que los complemente que les de sentido en la vida.
Durante este viaje de autoconocimiento yo misma juzgaba el amor como un sentimiento diferente de acuerdo a las personas o de acuerdo las situaciones; e incluso le daba tamaños de acuerdo al nivel de cercanía con la persona.
Cuando leía en los libros sobre el amor de Dios incluso también pensaba que era algo de que debía ganarme con mis buenos actos y que estaría con amor en la medida en que cumpliera ciertas expectativas como ser buena mamá, esposa o hija, pensaba que el amor era algo que los demás me daban, que estaba fuera de mí.
Por muchos años de mi vida a pesar de ser una gran estudiosa del tema espiritual, lo dejaba a un lado oculto de mi vida porque no iba con la expectativa de ser una gran ejecutiva que tenía, y sólo cuando comencé a través de la meditación a conectarme cada vez más con el amor universal me di cuenta de los paradigmas que tenía que no me dejaban disfrutar de lo que más me apasionaba, esos juzgamientos de lo que debía ser mi vida no me dejaban fluir con mi esencia, y cuando comencé a darle a lo espiritual el lugar que se debía en mi vida, comenzaron a llegarme personas, situaciones que me hicieron sentir en amor sin razón alguna y ahí fue que me di cuenta que el amor verdadero está ahí en nuestro interior y que se activa cuando nos enfocamos en lo que nos hace vibrar en la vida y a medida que crecemos en ese amor interior, eso es lo que se refleja en lo que pensamos, sentimos y actuamos, de modo que a donde vamos llevamos esa energía y es lo que se despierta con personas tanto conocidas, como desconocidas. Conectar con el amor universal es algo tan fuerte en la vida, que una vez lo experimentas siempre quieres seguir conectado con él, por esto es importante meditar, aquietarnos, disfrutar y vivir en el presente, porque es ahí en donde lo hallaremos, por encima de las reglas de la sociedad.