Cuando nacen los bebés, nuestro cerebro está nuevo y es a través del aprendizaje de lo que está bien y que está mal, que vamos creando lo que pensamos de la vida, de la gente y de nosotros mismos.
Resignificar, es volver a darle significado a las cosas; ya que las cosas no nos afectan por lo que son, sino por lo que nosotros creemos de ellas. Puedes identificar aquello que ya no quieres en tu vida y al cambiarle su significado puedes hacer transformaciones trascendentales en ella.
Te acuerdas cuando en la adolescencia o juventud tenías una pareja con la que habías terminado la relación, y a veces esa tristeza podía durar mucho porque la seguías idolatrando en tu mente; otras veces pasaba algo, alguna situación en la que la veías en otro contexto que te ayudaba a resignificar esa imagen “perfecta” de tu mente. Sólo cuando eso cambiaba era que estabas listo para seguir. Cada quien tuvo sus herramientas para hacer ese tipo de procesos de resignificación, pero a mi me impresiona, porque el cerebro tiene una capacidad asombrosa para hacer que alguien que alguna vez creíste que iba a ser el amor de tu vida, hoy lo veas y estés convencido de que no es así.
Amo la resignificación porque creo que ahí está uno de los grandes poderes del cerebro de re-aprender sobre los viejos conceptos que nos quitan paz y felicidad hoy.
A mi resignificar, me ha ayudado un montón, por ejemplo cuando quise comenzar a hacer deporte, me di cuenta que ese tema tenía muchos significados que me desalentaban, como: que requería demasiada disciplina, que si no lo hacía diario, no servía; y lo que hice fue cambiar ese significado por otro más amable y que disfrutara más; y ahora el deporte para mi es: moverme, cualquier tiempo que haga sirve, cualquier actividad que me guste y que tenga movimiento sirve y que la frecuencia sea mínimo algún día de la semana la semana. A la vista de muchos puede parecer que estos nuevos significados son muy flojos, pero la verdad es que comenzar así relajada me ayudó a cogerle amor de nuevo al tema y hoy y ya, tengo mis propias rutinas, en donde por ejemplo ya comencé a aprender a jugar tennis, hago yoga casi a diario y salgo a caminar con mi familia los fin de semanas. Así que por mi, me siento bien en este aspecto, para mi esa imagen de persona súper disciplinada haciendo deporte y sufriendo no va conmigo; pero todos somos diferentes así que al que le guste hacer un cronograma milimétrico con todas sus rutinas y aplicarlo, también está bien, si eso lo hace sentir fluyendo en la vida.
Los significados que sentimos como “positivos” para nuestra vida, son los más difíciles de detectar porque a veces es irse en contra de cosas que has defendido a capa y espada toda tu vida. Por esto es importante tener tu mente abierta y no juzgarnos, ya que el hoy es perfecto tal como es.
Cuando éramos pequeños no podíamos elegir que creer, simplemente fuimos esponjas que absorbimos lo que estaba en el ambiente, pero ahora ya podemos conectarnos con nuestro corazón y él es tan sabio, que poco a poco nos va mostrando aquellos significados que no nos aportan felicidad o paz.
La mente y del corazón, juntos van llevándote por un proceso, paso a paso, lo menos traumático posible, por eso debemos confiar.